Un paraíso para el "hippismo". Si eres de los que opinan que es mejor viajar ligero de equipaje, a Tailandia con lo puesto. Todo lo que necesites se vende en sus permanentes street markets por lo que costaría lavarlo.
La primera impresión que produce Bangkok es de una capital csmopolita, muy moderna, casi futurista. Eso hasta que aterrizas -nuncam emejor dicho- en su "down town". Pero su bullicio y personalidad cautiva desde el prmer instante.
Como en cualquier ciudad que se precie, primera regla del visitante: nunca fiarse del taxista. Si te dice que conoce perfectamente la dirección del hotel al que te diriges, puede ser perfectamente falso. Eso lo descubres cuando el chofer para en mitad de ninguna parte y te insta a que lo busques por tu cuenta. Eso si, mientras preguntas a un viandante con pinta de más o menos querer entenderte, te enteras que el hotel no está por ahí ni de lejos e intentas discutir con el taxista lo intolerable de la situación (él sigue afirmando y sonriendo porque tampoco es que se entere de nada), el tequímetro no para de sumar bahts.
La primera impresión que produce Bangkok es de una capital csmopolita, muy moderna, casi futurista. Eso hasta que aterrizas -nuncam emejor dicho- en su "down town". Pero su bullicio y personalidad cautiva desde el prmer instante.
Como en cualquier ciudad que se precie, primera regla del visitante: nunca fiarse del taxista. Si te dice que conoce perfectamente la dirección del hotel al que te diriges, puede ser perfectamente falso. Eso lo descubres cuando el chofer para en mitad de ninguna parte y te insta a que lo busques por tu cuenta. Eso si, mientras preguntas a un viandante con pinta de más o menos querer entenderte, te enteras que el hotel no está por ahí ni de lejos e intentas discutir con el taxista lo intolerable de la situación (él sigue afirmando y sonriendo porque tampoco es que se entere de nada), el tequímetro no para de sumar bahts.